Sundial

De Catriona Ward ya he hablado con anterioridad en esta bitácora de lecturas que, de vez en cuando, incluye algunas obras de corte fantástico porque son, para mí, una válvula de escape magnífica además de plantear un enfoque bastante interesante de cuestiones que atañen a la humanidad desde una perspectiva que incluye aspectos fantásticos o, directamente, terroríficos.

En 2021 se publicaba por primera vez en castellano una obra de la escritora, afincada en la actualidad en Londres y Devon. Era La casa al final de Needless Street, una historia que narra la desaparición de una niña desde un varios puntos de vista — incluso de una gata—. Recibió una acogida muy calurosa incluso entre la comunidad de lectores no aficionados al género fantástico. Alianza fue la editorial que publicó esta novela en su colección Runas. En 2022, repitió con otro título de la autora, La pequeña Eve, que tuvo aquí su reseña correspondiente. 

Con la habitual devoción de las editoriales por exprimir todos los títulos de aquellos autores que funcionan en el mercado, no es de extrañar que ya tengamos entre manos Sundial, su última novela con la que, esta vez, casi damos alcance a la publicación en idioma original de la autora. 

Catriona Ward, una reina del in crescendo 

Tal vez resulte interesante comenzar por explicar por qué Catriona Ward se está haciendo un hueco tan prominente en el mundo de la literatura fantástica, lugar avalado por el premio August Derleth a la mejor obra de horror por sus novelas «Rawblood» (2016), «La pequeña Eva» (2019), también ganadora del premio Shirley Jackson, y «La casa al final de Needless Street» (2022). 

Tal vez la primera razón estribe en que la considero una reina del in crescendo en la pulsión narrativa. En un género donde se asume que es necesario colapsar al lector, ofrecerle algo intenso y fuera de lo normal a cada página, Ward sabe cómo mantener un ritmo narrativo lento y constante que, si bien parte ya de entrada de una situación atípica y con ciertos tintes horripilantes, no deja de caer en una supuesta normalidad. Hasta que deja de ser así. Página a página construye historias que llevan la experiencia al límite sin prisas, sin cesar en su empeño de incomodar. Catriona Ward es el equivalente del Síndrome de la rana hervida: para cuando el lector quiere darse cuenta, ya está tan sumergido en la trama que no puede salir. 

La otra razón que es muy destacable en su obra es que parece previsible. El lector intuye a lo largo de las páginas qué va a suceder y, en general, no se equivoca. Salvo por una cuestión: Ward siempre incluye al final un giro supremo, un golpe inesperado que descoloca y obliga a volver sobre los pasos de la narración, a investigar si había pistas que llevaran a esa conclusión. 

Sundial, una historia de maltrato y familias  

Sundial es la historia de varias generaciones de una familia articulada en torno a Rob: una mujer que parece gozar de la vida perfecta con un marido, dos hijas y una casa en una zona residencial rodeada de gente de bien. Sin embargo, al margen de esa normalidad aparente, se ocultan capas de oscuridad: un marido posesivo y maltratador; Callie, la hija mayor, colecciona huesos de animales y habla con amigos imaginarios, además de amenazar a su hermana pequeña, Annie, siempre débil y enfermiza. La relación entre las dos hermanas le recuerda a Rob a su propia relación con Jack, su hermana con la que se crió en Sundial, una comunidad en el desierto de Mojave. Ambas historias, la pasada y la presente, se entremezclan y se enlazan para dar lugar a una terrorífica historia familiar. 

Porque Sundial nos habla, sobre todo, de las relaciones familiares y de cómo se articulan. Las hay unidas por los lazos del amor pero también las hay que se sostienen en base a la jerarquía dictatorial del «ordeno y mando», del «aquí se hace lo que yo digo». Es en ese ambiente donde se pone en cuestión la autonomía, la libertad individual para tomar decisiones y llevarlas a término, para equivocarse y aprender sin que cada uno de los caminos estén ya diseñados por otras personas. 

El maltrato animal y humano como desencadenante 

Sundial es también una historia del maltrato y Ward lo presenta de una forma muy inteligente. Se basa en los experimentos que en los años setenta se desarrollaron en instalaciones militares para controlar y manipular las mentes de perros, coaccionándolos a que tomaran determinados rumbos a través  de la estimulación neuronal. Estos experimentos, que se realizaron realmente y se abandonaron por no encontrarles aplicación práctica, nos generan aún más pavor hoy en día, cuando hay una sensibilidad más desarrollada frente al sufrimiento animal. Pero, si eso nos incita al horror, ¿qué sucede si sustituimos los animales por seres humanos? Ward deja caer ese supuesto como si fuera un pedrusco enorme en un pequeño charco. 

Una narrativa asíncrona para una historia revulsiva 

Ward es una gran creadora de personajes a los que llena de aristas, unas muy afiladas otras completamente romas. No hay blancos ni negros y el espectro de grises es amplísimo. Consigue así que, como lectores, a veces sintamos repulsión por nuestras propias decisiones previas, por cómo habíamos cogido cariño a uno u otro personaje o nos habíamos puesto de lado de uno para, al final, darnos cuenta de lo equivocado de nuestra elección. 

Sundial es, como lo era La pequeña Eve, una historia que se construye desde diversas perspectivas —la de Rob en la actualidad, la de Rob cuando era joven y la de su hija Callie— y desde diferentes momentos en el tiempo para ofrecer un panorama completo. Con esta novela descubrimos que es casi imposible evadirse del pasado genético, de las costumbres de la familia que vuelve como un fantasma a reclamar su conexión. No se puede escapar de la familia por muy tóxica que nos resulte y solo queda plantarle cara de la mejor forma posible. 

Sundial, catriona ward, portada

  • Título: Sundial
  • Autor: Catriona Ward (traducción de Cristina Macía) 
  • Editorial: Alianza en su colección Runas (más información del libro aquí y puedes leer un fragmento aquí
  • 320 Páginas. 21,95 Euros (formato papel); 11,99 euros (formato digital).

Piérdete en el archivo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *