Hace un par de semanas se puso en contacto conmigo la editorial Sinerrata, a través de Javi de Ríos, y me ofreció leer la última entrega de la serie de novelas protagonizadas por el cabo Holmes, Matar al heredero. No es éste miembro del cuerpo de la Guardia Civil un extraño en esta bitácora, porque ya había reseñado hace un tiempo la primera de las historias, El rompecabezas del cabo Holmes. Pero han pasado los años y el protagonista ha madurado y la cantidad de crímenes que ha investigado se ha incrementado ya hasta el número cinco.
Este ofrecimiento me ha llegado en un momento muy propicio en lo personal, coincidiendo además con la llegada de las vacaciones de Semana Santa. Admito que los periodos de descanso influyen también en el tipo de lecturas que me apetecen: o bien opto por géneros que me resultan menos exigentes, como la novela negra o la novela de humor, o me embarco en esos libros eternos, volúmenes mastodónticos que durante el resto del año no son factibles.
En Matar al heredero, nos reencontramos con los dos protagonistas de esta saga: el cabo José Soto, alias Holmes, que lleva casi un año enfrascado en intentar resolver el asesinato del hijo de un aristócrata local; y el detective privado ocasional Julio César Santos, madrileño, vividor y muy aficionado a solventar aquellos asuntos que le interesen, aunque puedan no ofrecerle ningún beneficio en lo personal.
La posibilidad de haber leído la primera y quinta entregas de esta saga trae a la luz la evolución de los personajes que, si bien no es tan grande como tal vez cabría esperar, sí les dota de unas características más cercanas a los matices grises y menos estrictas de lo que solían ser: el cabo Holmes ya no es un hombre totalmente entregado a su trabajo, cumplidor en extremo de las normas. Además de haberse casado, se ve a un hombre más relajado en su vida personal —en especial en las conversaciones que mantiene con Santos—, más capaz de incurrir en algún artificio para desenvolver un caso que amenaza con hacer caer la fama de que ningún crimen ha quedado sin resolver en su circunscripción.
César Santos, por su parte, afronta ciertos debates morales, en especial con su relación con las mujeres que, aunque no consigue borrar del todo la imagen de egocéntrico que sólo tiene en cuenta su beneficio personal, sí que la humaniza y ayuda a que el lector pueda sentirse más cercano a él.
Otro punto a favor de la historia es que en esta ocasión, pese a la forma en que se entremezclan las historias de ambos personajes, cediendo el protagonismo en uno u otro capítulo, es Holmes quien se alza vencedor, algo que debiera ser lógico y que, sin embargo, no quedaba tan claro en la primera novela de la saga. Aquí Santos es el apoyo, la luz que guía en ciertos episodios las inquisiciones de Holmes, pero sin dejarnos olvidar en ningún momento que es él quien debe llegar al final del crimen y descubrir en quién recae el papel de asesino.
En Matar al heredero, Carlos Laredo (La Coruña, 1939), nos lleva de nuevo a la espectacularidad del paisaje gallego, pero también se aprecia un cierto viraje hacia entornos más urbanos, tanto en Vigo como en Santiago de Compostela, ubicando escenas en hoteles de lujo y despachos de abogados, peros sin perder nunca el contacto con una naturaleza salvaje que resulta irresistible gracias a las descripciones que, sin ser excesivas, si son los suficientemente precisas para trasladar al lector al entorno donde tiene lugar la investigación. Madrid, por otra parte, desaparece casi por completo en esta entrega, salvo en momentos puntuales y deja que Galicia resplandezca aún más.
Tal vez es Matar al heredero, de nuevo, una entrega larga en exceso. Sin embargo, esta vez se encuentra una razón de ser: la investigación del crimen, como sucede en muchos casos reales, es larga y plagada de obstáculos, y el periodo en el que se extiende la acción guarda si cabe una mayor verosimilitud con la realidad. Carlos Laredo omite en esta ocasión repeticiones innecesarias frecuentes ocasionadas por la necesidad de implicar a un mayor número de personajes, y hace de las pistas que surgen en el camino un camino lento, que se transita con tranquilidad, ajeno a las grandes persecuciones y escenas de acción, tan poco creíbles en otras novelas, y más cercanas al método deductivo de los protagonistas del género, que tal vez puedan tener su su exponente clásico en autores como Agatha Christie o Georges Simenon.
No es ajena la novela a la crítica a aspectos como la corrupción pero, aún dejando clara su existencia, no se anima Carlos Laredo a entrar de pleno en las consecuencias que, ciertas acciones de Holmes y de Santos, podrían haber llegado a tener. Aún así, hace de este tema un aspecto clave de la resolución de la novela, aumentando si cabe ese realismo al que hacía referencia.
De nuevo, con Matar la heredero, nos encontramos con una novela amena, que se lee en apenas un suspiro, que está escrita con corrección pero sin excesivas pretensiones de ir más allá de la resolución de un asesinato en un entorno de la Galicia rural.
Carlos Laredo Verdejo (La Coruña, 1939) estudió Filosofía y se licenció en Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela. Con una carrera profesional labrada en el mundo de la publicidad y la comunicación en Europa y Latinoamérica, reparte su tiempo entre su familia, la música, la pintura y la escritura. El rompecabezas del cabo Holmes (sinerrata editores, 2012) fue su primera incursión en la novela policíaca, iniciando una serie que continúa cuatro entregas más. Ganó el X Premio Peliart de Poesía (1984) y el premio Delta (1997), con la novela La amante religiosa, publicada en castellano por Ediciones del Prado y en gallego por Edicións Embora. Fue finalista del Premio Adriano de Novela Histórica (2001) con El regalo de Centla. Memorias de la intérprete de Hernán Cortés, publicado por Ediciones Apóstrofe y por RBA Editores en su colección Conquistadores. En 2002 publicó La huída de La Loba (Editorial Toxosoutos), en castellano y en gallego (traducido por él mismo). Sus novelas juveniles Valdelobos (2009) y Lena e o lobishome (2010) han sido publicadas por Tambre (Edelvives). También se ha adentrado en el género de la biografía, con la del compositor Joaquín Rodrigo (2011), editada en su colección Biografías por la Institución Alfonso el Magnánimo (Diputación de Valencia) y en versión digital por sinerrata editores (2013).
- Título: Matar al heredero. Un caso del cabo Holmes.
- Autor: Carlos Laredo
- Editorial: Sinerrata (podéis ver más información del libro aquí, y leer el primer capítulo de la novela aquí.
- 7,99 Euros (formato Ebook); 12,95 Euros (impresión bajo demanda)
Puedes conseguir el libro clicando en la siguiente imagen:
Y vosotros, ¿habéis leído esta o alguna otra de las novelas de la saga del cabo Holmes? ¿Qué opinión os merecen? ¿También os apetecen otro tipo de lecturas en épocas como las vacaciones? Tenéis los comentarios a vuestra disposición.
2 comentarios en “Matar al heredero: Un caso del cabo Holmes”
Muchas gracias, Patricia, por esta reseña inteligente y experta. Los adjetivos se refieren a la autora, no a la crítica, que no soy quien para juzgar. Estas novelas de la serie del cabo «Holmes» constituyen, para mí, un divertimento, aunque intento cuidar el lenguaje y ofrecer un trabajo digno al lector que se gasta su dinero en comprarlas. Por eso, me alegra ver que los especialistas se toman la molestia de estudiarlas y reseñarlas. Gracias una vez más.
Si quieres leer alguna de las anteriores, dímelo y con sumo gusto te las enviaré en el formato que me indiques (quizá para el verano).
Un afectuoso saludo, Carlos laredo
Muchas gracias a ti, Carlos, por tomarte el tiempo de leerla y dejar un comentario.
De hecho, tengo la cuarta novela ya en mi lector electrónico, a buen recaudo para un momento en que me apetezca de nuevo sumergirme en las historias de Holmes. Aún así, te agradezco el ofrecimiento.
Un saludo para ti también.