En la novela La increíble boda de Gilbert y Moira su protagonista, un orgulloso gay compositor de musicales llamado Philip Cavanaugh, considera que el tema principal de la película de 1980 Xanadú –clasificada como fantasía musical— es un auténtico horror que no debería existir. Tira así por los suelos uno de los muchísimos estereotipos que se atribuían a la comunidad homosexual en la Nueva York de finales de los años ochenta.
Tengo una completa y muy confesa debilidad por las historias que recurren al humor para un llamamiento a la denuncia social. Aunque escribir una buena historia nunca es sencillo, el drama siempre tiene a su alcance más recursos —en lo narrativo pero también en lo sonoro y en lo audiovisual— prestos a tocar las fibras sensibles del público objetivo. Es por eso que tuve un interés especial en leer esta novela que ha pasado de forma inmediata a convertirse en una de las historias más divertidas de mi biografía lectora, al punto de arrancarme carcajadas en público con la consiguiente llamada de atención sobre mi persona. Como bien confirman los editores de Dos Bigotes, Gonzalo Izquierdo y Alberto Rodríguez, sus libros no son para quienes crean que diversión y calidad literaria no pueden ir de la mano.
La increíble boda de Gilbert y Moira fue escrita por Joe Keenan (Cambridge, EE.UU., 1958) en el año 1988. Keenan solo tiene tres novelas publicadas pero esta, la primera de las tres, con el título original Blue Heaven, fue lo suficientemente impactante como para determinar su carrera a partir de ese momento. Cayó en manos de James Burrows y Glen y Les Charles, guionistas de la popular sitcom Cheers quienes le ofrecieron la posibilidad de escribir un guión para una nueva serie.
Ese proyecto nunca llegó a materializarse pero facilitó un lugar para Keenan en el equipo de guionistas de una serie que estaban poniendo en funcionamiento y que a día de hoy ha pasado a ser un clásico de la ficción televisiva: Frasier. También ha sido guionista, entre otras series, de Mujeres desesperadas. A la vista del desarrollo de la novela podría haberlo sido, si hubiese querido, de Los Soprano.
La increíble boda de Gilbert y Moira: una alocada sitcom literaria
Gilbert Selwyn y Moira Finch tienen el placer de invitafnos a la que está llamada a convertirse en la boda del año en el Nueva York de finales de los años ochenta. Gilbert es un joven encantador al que el trabajo le produce una alergia incurable y que tiene ínfulas de escritor. O, más bien, del reconocimiento asociado a un escritor de éxito pero sin la parte de la escritura. Para mantener sus finanzas a flote y «saquear» los bolsillos del escandalosamente rico nuevo marido de su madre ha concebido un plan perfecto: organizar una boda solo por los regalos.
Pero Gilbert es gay y necesita una novia con la que llevar a cabo su brillante idea. Ahí entra en escena la ambiciosa y maquiavélica Moira, cuya madre, que se acaba de casar con el multimillonario duque de Dorsetshire, también contribuirá a los ingresos de la futura pareja. La riqueza por partida doble parece asegurado.
El lector conoce de primera mano la historia gracias a Philip, quien el pasado tuvo un breve romance con Gilbert:
Me miró con afecto.
—¿Recuerdas aquellos días, Philly?
—Mejor que tú.
—No supe lo que era el amor hasta aquella primavera.
—Yo no sabía lo que eran las ladillas.
El humor como excusa para una feroz sátira social
La increíble boda de Gilbert y Moira es una obra muy crítica en el fondo: la homosexualidad solo se permite en entornos culturalmente marginales y es, más que una aceptación, un «toque de color» que da cierto ambiente a la vanguardia del arte.
Siendo así, no resulta extraño que este nutrido grupo de artistas, aspirantes y mecenas conformaran un grupo más o menos cerrado y autonutrido por conocidos próximos. La homosexualidad no es plato de buen gusto en la moderna Nueva York y, por supuesto, el matrimonio gay no tiene visos en ese momento de contemplar su propia posibilidad.
Al margen de esta cuestión de fondo, también hay una crítica a la sociedad del hambre que se baña en las apariencias para mantener un estatus social. Nuestros protagonistas y sus relaciones parecen haber olvidado la cultura estadounidense del «hecho a si mismo» y prefieren bañarse en el autoengaño y la queja en lugar de mantener la actitud de trabajo de la generación anterior –aunque ese trabajo no sea necesariamente legal–. Tal vez sea Gilbert el mayor exponente de esta búsqueda de éxito sin esfuerzo:
–¿Cómo va el libro? –pregunté.
–Progresando –dijo en tono aburrido, como queriendo zanjar el tema.
–¿De verdad? –pregunté.
—Sí, tiene el doble de páginas que cuando nos vimos la última vez.
—Has añadido la dedicatoria, ¿no?
Técnicas de slapstick para adentrarse en los noventa.
Lo divertidísimo de la novela transcurre a nivel de superficie, en su forma: toda la narración es un cúmulo de despropósitos y situaciones que se van agravando de forma a veces inverosímil y más propia de adolescentes con la madurez aún por desarrollar.
En La increíble boda de Gilbert y Moira se entremezclan efectos cómicos más propios del slapstick de los años treinta con un estilo humorístico que recuerda al de Wodehouse y que será muy habitual en las sitcom comedies de los años noventa. No hay tiempo para la reflexión, siempre ha de haber un más allá: más exagerado, más fuera de lugar, más alocado para un elenco coral de personajes que no se puede saber si están decididamente chiflados o tienen una grave falta de visión realista de la vida.
Es una novela con un ritmo vertiginoso: no paran de suceder cosas, no hay descanso y vemos cómo a partir de una idea que ya de por sí es mala, como es la boda de un homosexual solo por conseguir dinero y además con una mujer que le cae mal, se van sumando situaciones, mentiras, accidentes, casualidades, que acaban implicando a la mismísima mafia italiana.
La novela la publicó en 2016 en España la editorial LBTB Dos Bigotes, con traducción de Carme Camps. En el momento en que escribo esto se encuentra agotada. Pero espero que pase mucho antes de que la editorial se anime a una nueva reimpresión dada su calidad literaria que acompaña a todo su catálogo y a la necesidad que tenemos de obras que con un corte tan decididamente humorístico, ataquen males de la sociedad aún presentes más de treinta años después.
La increíble boda de Gilbert y Moira es una historia descontrolada en apariencia, con un objetivo muy claro en el fondo, que permite reflexionar sobre la posición de los homosexuales en la actualidad o el valor de la imagen frente a la cultura del esfuerzo.
- Título: La increíble boda de Gilbert y Moira
- Autor: Jon Keenan (traducción de Carme Camps)
- Editorial: Dos Bigotes (más información del libro aquí)
- 376 páginas. 20,95 Euros (formato papel)