Hace apenas un par de meses de mi última incursión literaria en el estudio Ghibli y ya estoy de nuevo al ataque con una nueva obra relacionada con este estudio de animación que hace las delicias tanto de adultos como de niños.
En este caso hablamos de Ghibli. Una historia de amor, un libro que combina el ensayo con el ejercicio memorístico con muchas otras cosas a cargo de Toshio Suzuki, pieza clave en la ejecución de buena parte de las películas del estudio.
Aun en activo a día de hoy y a sus setenta y ocho años (nació en Nagoya en 1948), comenzó su carrera profesional en la editorial Tokuma Shoten donde tuvo diversos puestos como redactor y coordinador en revistas hasta que en 1978 se convirtió en el editor de la nueva revista mensual Animage. Fue allí donde conoció a los dos directores que marcarían su trayectoria profesional: Hayao Miyazaki e Isco Takahata.

Toshio Suzuki, una vida al servicio de Ghibli
Frente a la figura más conocida de ambos directores, da la impresión de que Suzuki fue un personaje secundario, fue una pieza clave para fundar el Estudio Ghibli de animación en 1985 y ha acompañado de forma activa su historia a lo largo de más de treinta años, principalmente como productor pero también director de los estudios, encargado de muchos de los aspectos relacionados con el marketing y, sobre todo, para conseguir que las visiones artísticas tanto de Miyazaki como de Takahata se hicieran realidad y además tuvieran aceptación para el público general.
En este sentido Miyazaki declaró: «Si no fuera por el Sr. Suzuki, no habría nacido el Studio Ghibli.» Takahata, ha utilizado a lo largo de los años casi las mismas palabras y además agradeció siempre a Suzuki como el responsable de que la amistad entre ambos directores perdurara, más aún si tenemos en cuenta que muchas veces tenían visiones artísticas y empresariales contrapuestas y ahí es donde Suzuki ejerció un papel de cohesionador, de capitán ayuda a toda la tripulación a remar en la misma dirección.
Son estas relaciones precisamente las que conforman la base de Ghibli. Una historia de amor.
Ghibli, un estudio con un corazón humano.
Quien se acerque al libro pretendiendo encontrar una descripción minuciosa de la historia de los estudios de animación, su filmografía definida con la descripción de su equipo técnico y sus argumentos… se va a llevar un chasco. Y va a ser así porque el libro sí tiene una narración cronológica, aunque puntualmente haga algún que otro salto hacia adelante o hacia atrás, pero la mejor descripción es que se trata de un libro de aprendizaje personal donde Suzuki reflexiona sobre diferentes problemas, altercados o curiosidades que se dieron a lo largo de la historia de Ghibli y cómo en su papel de productor intentó solucionarlos.
Mientras lo leía tenía la impresión de que podría gustar a tres grupos de personas en concreto: por supuesto a quienes disfruten de la filmografía de Ghibli o de las películas de animación en general; en segundo lugar a aquellos que desempeñen labores creativas, ya sea de forma profesional o como un hobby; y en último lugar, aunque parezca curioso, a los que se encargan de gestionar recursos humanos. Porque, dejando a un lado el aspecto artístico de las películas, Suzuki era responsable de cumplir con inversores, con plazos, con planificaciones, presupuestos, estándares de calidad… y a través de sus memorias vemos que siempre, siempre, antepone la personalidad de sus trabajadores, sus compatibilidades, sus habilidades… para formar el mejor grupo posible de personas para hacer el trabajo.
Memorias, anécdotas y curiosidades de Ghibli.
Este estudio de Ghibli es, por tanto, una combinación entre memorias, anécdotas y curiosidades, prestando mucha atención a ciertas personas que fueron clave en la historia del anime japonés. Por ejemplo, Suzuki narra cómo Ghibli fue el primer estudio de animación japonesa en tener animadores contratados en plantilla de forma permanente, cuando hasta ese momento se les contrataba para un único proyecto y luego se les despedía; también tomaron la decisión de duplicar el plazo de producción de una película que pasó de uno a dos años con el aumento de costes que suponía…
Pero es también un estudio de las personalidades de Miyazaki y Takahata y de cómo enfrentan los retos artísticos. Suzuki los describe siempre como grandes amigos pero eso no resta que no fuera muy difícil trabajar con ellos en ocasiones, que tengan formas tan diferentes de enfocar el trabajo, sus pequeñas manías que a veces complicaban tanto la producción.
Una nota triste de despedida.
Ghibli, una historia de amor es tal cual lo describe el título: la historia de alguien que ha disfrutado enormemente con su trabajo, acompañando a grandes artistas, animadores, directores.. a cumplir con sus sueños. Sí es cierto que en el apéndice final se despide de Ghibli, que a día de hoy sigue trabajando en la última película de Miyazaki, con cierta tristeza al contemplar que el mundo de la animación ya no está tan guiado por el enfoque artístico y la innovación, en especial en el mercado estadounidense donde hay más tendencia a repetir de forma invariable las mismas fórmulas hasta que dejan de funcionar.
Yo creo que no es así. La obra de Ghibli tiene algo mágico que ha tocado el alma de muchísima gente y, sobre todo, de muchos animadores que aspiran a lograr algo similar. La animación japonesa ha tenido y tiene dignos sucesores, como fue Satoshi Kon o como es Makoto Shinkai o Naoko Yamada, entre otros Pero sí es cierto que Ghibli tuvo ese don, esa habilidad o ese trabajo duro detrás que tan bien describe Suzuki para generar éxito donde la mayoría sólo veían dudas.
- Título: Ghibli. Una historia de amor
- Autor:Toshio Suzuki (traducción de Laura Olvera)
- Editorial: Confluencias (más información del libro aquí)
- 274 Páginas. 18,90 Euros (formato papel)