Me estreno con Vila-Matas. Suena terrible. O no. Suena a cavidad junto a otros miles de cavidades a modo de panal de abejas que aún no he cubierto. En todo caso, recurriendo a la frase tan manida, más vale tarde que nunca y me estreno con Esta bruma insensata, su última novela.
He tenido además la suerte de poder asistir a la rueda de prensa que dio el pasado cinco de abril en Bilbao, añadiendo a mis impresiones personales las respuestas que dio durante la entrevista.
Esta bruma insensata: las citas, lo intertextual y lo metaliterario
La novela parte de una situación curiosa: dos hermanos, separados por veinte años y el océano Atlántico. Uno de ellos es un traductor obsesionado con las citas literarias, que archiva con cuidado y vende a autores que requieren de ellas. El segundo es su hermano, escritor afincado en Nueva York que, escondido tras un anonimato que recuerda a Pynchon o Salinger, ha publicado cinco novelas de gran éxito.
La novela, sobre todo en su primera parte, recorre el universo de la cita como rastro que deja el escritor a la posteridad, extraída de su obra, tal vez sacada de contexto hasta darle un significado que tal vez no fuera el previsto. Esta bruma insensata juega a ser novela a partir de novelas de otros, de poemas de otros, de textos traídos —con acierto, eso sí, y siempre con la lógica que acompaña a la narrativa— para refundirse en algo nuevo.
Sobre las citas comentaba Vila-Matas:
La cita es lo que el escritor puede esperar que quede de él. Lo máximo a aspiraba un poeta era a que uno de sus versos se incorporara al lenguaje común, popular y que con el paso del tiempo sin saber el origen de ese verso formara parte del habla corriente.
Intertextualidad y metaliteratura es de lo que más se me ha acusado y con las dos continúo. Pero demostrando que no hay que arrepentirse de esas actividades sino todo lo contrario.
Mi personaje tiene un archivo de citas. Yo, no. Sí tengo un blog en el que apunto notas y cosas pero no trabajo con un archivo. Hay una teoría que dice que un autor maldito es aquel al que no cita nadie. Al apropiarte de la cita siempre la acabas modificando y convirtiendo en otras cosas. Detrás del arte de las citas está la idea de la lectura, de haber leído, recordado y conservado textos en la memoria para que perdure para la humanidad. Lo que reivindico no es la cita sino la lectura.
Un hermano representa la literatura y el otro el rechazo o el desprecio hacia la misma. Uno de ellos es el negro del otro, el que le facilita las citas con las que construye las novelas. Es un escritor invisible. Publica un ensayo para justificar su trabajo intertextual. Es un ensayo muy brillante, basado en un texto de Elliot. Ese ensayo que defiende el uso de las citas es contundente y tiene un gran éxito y acogida. Pero el hermano no piensa que el escritor crea en ese ensayo, mientras que él sí lo hace. De ahí el enfrentamiento entre estas dos posiciones. De esa confrontación surge la tensión en la novela.
Dos visiones de la literatura, muchos escritores en uno solo
La trama comienza con el anuncio de un encuentro entre ambos hermanos que no tendrá lugar hasta la segunda parte de la novela. Hay quien cree o plantea que, en realidad, Vila-Matas puede estar planteando dos visiones de la literatura en una misma mente, representadas por dos personajes que son ficticios. Esta bruma insensata, narrada desde el punto de vista del archivador de citas, del hermano que tiene más ínfulas literarias pero a quien la suerte no le ha acompañado, nos pasea por textos, por reflejos, por paisajes que Vila-Matas reproduce de memoria y que nos preparan para la inevitable confrontación.
Del mismo modo, el escritor reflexiona sobre la construcción de la novela como si de una divagación pudiera tratarse:
La trama cobra cuerpo con el encuentro anunciado ya al principio de la novela. Dejo que vayan pasando las cosas, las escribo pero dejo a la interpretación de cada uno lo que está sucediendo. No sé si es un ajuste de cuentas entre los hermanos o no. Se puede leer como que todo sucede en la misma mente de un único escritor.
Uno puede albergar varios escritores, ser varias personas al mismo tiempo en un solo día. Es algo que a todos nos pasa. Está el escritor frívolo y el muy serio, el que cree en la literatura y el que no cree, el que la ama y el que a un tiempo la odia, el que sólo la odia, el que piensa en dejarla y el que se aferra a ella. Todas estas formas salen de mí pero no sé si soy responsable de esto porque escribo al azar y dejo que las situaciones que combino me lleven a cosas que no esperaba y cuando me sorprendo a mí mismo es cuando el texto funciona mejor. Eso es lo que me hace escribir.
Uno de los mejores consejos que me dieron es que hay que ponerse a escribir una historia cuando ya la conoces; no es necesario haberla vivido pero sí saber qué es lo que ocurre en esa historia. Te pones a contarla, luego te sale otra historia que no esperabas pero en todo caso es mejor saber lo que ocurre. Todo ha pasado antes.

Un contexto político, una burla a la dependencia de los medios
La novela transcurre entre los días 27 y 29 de octubre de 2017, en plena proclamación simbólica de la independencia de Cataluña. No convierte eso la historia en una proclama política, sino que más bien se asienta en el ambiente de exaltación o caos y se adueña de él para trasladarlo a su terreno:
En el texto tenemos que la situación política de estos tres días, que es el marco de la novela, es tan dramática como la situación personal del personaje. Son dos dramatismos que combinan de forma ajustada aunque sean de corte distinto. Es un clima de bruma intensa en el que estamos inmersos y hay que esperar a que se levante la bruma para que para que podamos ver algo de lo que está ocurriendo.
Pero también hay una burla a quienes estamos continuamente pendientes de los medios, estamos pendientes de la vida de los políticos y no nos enteramos de nada más. La cultura y la información cultural van desapareciendo. Día y noche se nos ofrecen los pormenores de la vida de insignificantes personajes que dicen frases absurdas para salir en la televisión. Esta novela propone estar tan ocupado en tus cosas, en tu propia tragedia, que no haya sitio para hacer caso a las últimas frases del político de turno. Hay una intención de ridiculizar las noticias que nos quieren hacer creer que son noticia. Esos relatos que crea la sociedad no son los relatos verídicos ni los que nos interesan de verdad.
He trasladado el clima y la incertidumbre de esos tres días y de la combinación de los elementos ha salido una novela muy diferente de las que he hecho hasta ahora en el sentido de que por un lado es la más metaliteraria de todas sin lugar a dudas, que es algo que han usado para criticar lo que hago, pero es que además es la más legible de las metaliterarias porque es enormemente narrativa, se puede leer perfectamente.
Los orígenes de Esta bruma insensata: del folio en blanco a Conrad.
Ya en origen Esta bruma insensata parece bordear el McGuffin: la historia se desencadena por el miedo al folio en blanco del traductor, por su incapacidad de encontrar la frase perfecta para su texto. Un bloqueo que no es nuevo en la trayectoria de Vila-Matas, como tampoco lo son los personajes que resuenan de otros anteriores.
Lo que no esperaba es que la búsqueda de esa frase sobre el infinito ocupara la mitad del libro. Me gusta la idea de que el personaje salga a pasear en busca de esa frase. Su descubrimiento supone la entrada en la segunda parte de la novela, que es comedia; porque la primera es tragedia.
Hay un intento deliberado de hacer perder peso a la tragedia en el libro. Hay una huida hacia la distensión, relajando el dramatismo. Ese es el recorrido que hace la novela, porque permite que el personaje, que está asfixiado al comienzo y que no puede llevar una vida peor de tan mal que está, al final haya mejorado levemente. Es un clásico en mis personajes: al principio está en una situación límite, tan mal que no puede ir a peor y por tanto acaba mejorando.
Mantengo la trama para poder hablar de lo que quiero. Tuve siempre presente El corazón de las tinieblas de Conrad, que para mí es el nacimiento de la novela moderna. En esta novela hay una gran expectativa para que suceda al final un encuentro muy breve. Hay acción, pero solo en apariencia. Lo que hago son viajes mentales y por eso supone una mayor dificultad para el lector.
Hay autores que en cada libro tratan de inventar una historia nueva y no parecerse a lo que hayan hecho y hay otros que crean una obra alrededor de algo que les interesa y son fieles a su poética. En mi caso he tenido siempre la idea de la obra de autor, no la creación de best sellers. En los años sesenta me educo con la obra de autor en literatura y en cine y por lo tanto lo que intento escrear una literatura por mí solo. Y esa literatura da vueltas en torno a los mismos temas, pero no me repito porque me aburriría.
Gutun Zuria: si mi biblioteca ardiera esta noche.
La presencia de Enrique Vila-Matas en Bilbao obedece a la nueva edición de Gutun Zuria, Festival Internacional de las Letras de Bilbao. Este año llevaba por tema Si mi biblioteca ardiera esta noche. El arte de narrar el arte. La primera parte está inspirada en el ensayo de Aldous Huxley, en el que reflexionaba sobre cómo quemar una biblioteca es un acto inútil ya que los libros pueden volver a leerse o poseerse. La segunda, alude a un texto del poeta José Lezama Lima sobre el arte verbal.
El objetivo ha sido eliminar fronteras entre literatura y arte y tender puentes entre ambos conceptos, empezando por contemplar el libro como un proceso creativo abierto a la expresión artística y, a su vez, observar las imágenes como un testimonio y un documento.
Sobre este tema, Enrique Vila-Matas afirma que en este momento es muy interesante la comunicación que circula entre ambas artes. Por ejemplo el trabajo de Siri Hustvedt, una gran escritora sobre arte, que le interesa mucho como ensayista. El arte contemporáneo se arriesga mucho, se acerca más a las posibilidades de la vanguardia que la literatura, que está más anclada en una narración más convencional. Las experiencias que yo he tenido con el arte contemporáneo han sido limitadas porque no es mi terreno pero muy estimulantes e intensas.
Si su biblioteca ardiera esta noche, Vila-Matas salvaría las Conversaciones con Marcel Duchamp, de Pierre Cabanne o Loscus Solus, de Raymond Roussel. Son ejemplares subrayados que no puede prestar a nadie porque fueron esenciales en su momento.
Os dejo también el vídeo de la conversación que mantuvo con Alicia Kopf durante el festival:
- Título: Esta bruma insensata
- Autor: Enrique Vila-Matas
- Editorial: Seix Barral. (Podéis encontrar más información sobre el libro aquí)
- 312 páginas.19,90 Euros (formato papel).
¿Habéis leído Esta bruma insensata o algún otro libro de Vila-Matas (o varios)? ¿Cuál es vuestro favorito?