Con El caso de la mano perdida, de Fernando Roye, es la tercera vez que Sinerrata confía en mi criterio lector para ofrecerme una de sus obras, después de El rompecabezas de el cabo Holmes y Allí donde el viento espera, así que voy a empezar por agradecerles el detalle. Un detalle que, por otra parte, me ha venido estupendamente, porque estoy sumergida en varias lecturas fascinantes, pero muy, muy densas –si consigo acabar alguna os hablaré pronto de ellas–, y nada mejor para despejarse un poco de vez en cuando que una novela del género negro o policíaco, sobre todo cuando está bien escrita y es entretenida.
Que la novela negra está en pleno auge es incuestionable: no sólo aparecen más y más obras, sino que también estamos asistiendo a un incremento de festivales literarios que versan sobre este género. Sin ir más lejos, se acaba de anunciar que la próxima edición de Gutun Zuria, que se celebrará del 19 al 24 de abril en Bilbao, tendrá por tema el crimen y el delito. ¿Es sólo una moda pasajera o el género ha encontrado por fin un hueco más relevante en la literatura actual? El tiempo lo dirá. Lo que está claro es que ha favorecido la aparición de un gran número de escritores y nuevas novelas, aunque muchas de ellas presiento que no tendrán demasiada calidad y se amparan más en el oportunismo que en otra cosa.
Personalmente no soy lectora habitual del género —lo fui hace años, y mucho, sobre todo de los clásicos ingleses como Arthur Conan Doyle y Agatha Christie, y del belga Simenon— porque ahora me encuentro en la duda de seleccionar entre tantas nuevas publicaciones aquellas que merezcan la pena. Si tenéis interés por dejaros aconsejar al respecto, os recomendaría visitar las páginas web de la revista digital Calibre 38, el blog de José Javier Abasolo o el de Marta, Leer sin prisa. Todos ellos están especializados en novela negra y seguro que os podrán recomendar historias de calidad.
El caso de la mano perdida, una novela de claro corte holmesiano, nos trae además un aspecto que también está en auge: el protagonismo cae en un miembro de la Guardia Civil, algo que también pasaba en la ya mencionada El rompecabezas de el Cabo Holmes y que tiene por insignia a Bevilacqua y Chamorro, protagonistas de varias novelas de Lorenzo Silva.
En este caso nuestro protagonista es el Sargento Carmelo Domínguez, un hombre de lo más peculiar, no sólo porque tenga un ojo de cada color, algo que le otorga una mirada fría y cálida al mismo tiempo, que no pocos vecinos del pueblo de Santa Honorata asocian a la brujería y las malas artes y que le ha valido el sobrenombre de «El sargento hechizado», sino también por su actitud general: rechaza el alcohol y el tabaco –pasa buena parte de la novela mascando hinojo y menta–, no le gusta dar explicaciones ni tener que enfrentarse con los demás, intenta trabajar lo menos posible y prefiere echarse una siesta de vez en cuando, a riesgo de la impresión que causa en sus subalternos y superiores, es algo supersticioso y cree en las «señales externas» que apoyan su proceso deductivo, no parece darle demasiada importancia a la autoridad… un personaje de lo más peculiar, sin duda alguna, y sobre el que recae el peso de la novela, pues son sus intervenciones las que le dan brillo y continuidad.
El arranque de la novela viene dado por el descubrimiento de una mano cortada en las afueras del pueblo, algo que, por supuesto, le resulta muy molesto a Domínguez porque tiene que descubrir, no sólo a quién pertenece esa mano, sino también cómo fue a parar ahí. Su investigación se ve además entorpecida por un acontecimiento que ha sacudido a los habitantes de Santa Honorata: la llegada de Franco y su séquito para participar en una partida de caza en Sierra Morena. Como es de suponer, tanto el alcalde, como el cura como los nobles del pueblo quieren que se le de prioridad absoluta a la visita, mientras que para Domínguez ese es un asunto intrascendente y tendrá que hacer gala de toda su cabezonería para conseguir resolver el caso.
El caso de la mano perdida está ambientado pasados los años cincuenta y es evidente el trabajo de ambientación necesario para crear unos pilares firmes que sustenten la acción. Aunque anecdótico, destaca por lo sorprendente –para las nuevas generaciones que no hemos vivido esos años, se entiende–, el momento en que «se alquila» un hueso de jamón para darle algo de sabor y sustancia al agua. Ilustra con claridad las penurias, el hambre y las dificultades por las que se pasaba en esa época, si bien es cierto que Roye no se recrea en exceso en ese aspecto ni cede al punto de centrar la historia en las miserias humanas. Esa ambientación tiene su culmen en las técnicas de investigación de la guardia civil, tan alejadas de lo que estamos acostumbrados a ver en la actualidad y que basan todo su peso en las habilidades de deducción y de interrogación de los agentes del orden. No sé hasta qué punto todas ellas son realistas –la idea de ir por ahí con una mano pudriéndose en el bolsillo durante días me provoca, cuanto menos, cierto repelús– pero al menos dan la impresión de ser verosímiles.
La narración, en tercera persona, es muy rápida, con capítulos cortos que facilitan el desarrollo de la acción. La tensión va creciendo a medida que se avanza, algo que tal vez pueda jugarle en contra, ya que el principio es un poco más flojo y no deja entrever lo que se avecina. Algo con lo que sí he tenido ciertos problemas es con los nombres del resto de guardias civiles. Aunque personajes bien definidos, sin caer necesariamente en arquetipos, ha habido algún momento de la narración en que he necesitado retroceder para saber de quién se estaba hablando. Tal vez influya el que a veces se les llame por el nombre y otras por el apellido (que mi capacidad memorística en relacion a los nombres sea pequeña tampoco ha ayudado).
A pesar de esos detalles, El caso de la mano perdida es una novela amable, entretenida y más que digna para pasar un rato entrenenido y agradable.
Para terminar, os dejo con el resumen que el propio autor, Fernando Roye, hace de la novela:
- Título: El caso de la mano perdida. Una investigación del sargento Carmelo Domínguez
- Autor: Fernando Roye
- Editorial: Sinerrata (podéis encontrar más información en el siguiente enlace y leer el primer capítulo aquí).
- 12,95 Euros (edición IBD, impresión bajo demanda); 4,99 euros (edición Ebook)
Tampooco me resisto a incluir aquí la video reseña de Carlos Bláquez, que estoy segura que os gustará:
¿Habéis leído ya esta novela? ¿Qué os pareció? Sabed que un año después de su publicación se editó El alcornoque de los muertos, también con el sargento Domínguez como protagonista. Podéis leer una reseña de esta segunda historia en el blog de Ricardo Bosque.
Si quieres leer esta novela, puedes conseguirla aquí:
2 comentarios en “El caso de la mano perdida”
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