El buen hermano

A estas alturas de mi vida sigo sin saber a ciencia cierta qué es exactamente un cerro, pero cuando apenas me quedan un par de obras suyas traducidas al castellano por leer, puedo asegurar sin miedo a equivocarme que estoy convencida —y equivocada— al pensar que he vivido durante mucho tiempo en uno. En uno situado en Kentucky, más en concreto, aunque en El buen hermano, la última novela de Chris Offutt publicada, la acción se transfiere también a la alejada Montana. 

Chriss Offutt: un personaje de su propia novela

El estadounidense Chris Offutt nació en Lexington, Kentucky, en 1958, y comenzó a publicar en 1992 aunque en España no le hemos conocido hasta el año 2019 cuando dos editoriales comenzaron a trabajar en su obra: De un lado, la editorial Sajalín está publicando su obra de ficción que incluye novelas y relatos; y de otro, la editorial Malas Tierras está trabajando en su no ficción que abarca hasta el momento dos libros de memorias.

Hijo del escritor Andrew J. Offutt, creció en una pequeña antigua comunidad minera ubicada en el condado de Rowan, en las estribaciones de las montañas Apalaches al este de Kentucky, un pueblo que a día de hoy no existe. Offutt dejó la escuela secundaria con la intención de unirse al ejército, pero fracasó en el examen físico. Posteriormente asistió a la Universidad Estatal de Morehead y se graduó con un título en teatro y una licenciatura en inglés. Después de la universidad, hizo autostop por todo el país, tomando más de 50 trabajos, todos a tiempo parcial, y comenzó a escribir. Más tarde asistiría al Taller de Escritores de Iowa donde tuvo como profesores, entre otros, al escritor James Salter.

Cuando Andrew Offutt murió, su hijo Chris heredó un escritorio, un rifle y ochocientos kilos de porno. Andrew fue considerado el rey de la pornografía escrita del siglo XX, con una carrera literaria que comenzó como un medio para pagar la ortodoncia de su hijo y que pronto cobró vida hasta alcanzar su punto álgido durante la década de los setenta, cuando la popularidad comercial de la novela erótica llegó a su apogeo.

Esta infancia y adolescencia marcó sin duda la obra de Chris y determinó su contenido. 

Chris offutt
Chris Offutt

El buen hijo: una historia partida por la mitad. 

Aunque nos llega con cierto retraso, El buen hijo fue en realidad la primera novela escrita por Offutt en 1997 y gira, como el resto de su obra narrativa, en torno a la necesidad de formar parte de una comunidad, de aprender sus estructuras y adaptarse a ellas y de saber cuándo se traspasa una ficticia línea roja y llega el momento de superponer las necesidades personales, la ética individual, a las presiones del grupo. 

El buen hermano es, tal vez, Virgil Caudill, el hermano mayor, el que siempre ha hecho lo que se esperaba de él, el que ha seguido la senda y nunca se ha metido en problemas. Todo en contraste con su hermano Boyd que, de tanto meterse en líos ha sido asesinado. En un ambiente donde impera la ley del silencio y nadie va a delatar al asesino aunque esté en boca de todos, se entiende que la familia Caudill debe vengarse y esa responsabilidad recae en Virgil. Agobiado por la presión y por las consecuencias de llevar a cabo ese acto, acabará por huir de la ciudad y se trasladará a Montana donde planea comenzar una nueva vida bajo otra identidad y acaba enfrentado a una comunidad aún más peligrosa que la de origen. 

Una historia de venganza. 

La novela está organizada en dos mitades muy claras, casi como si fueran dos novelas diferentes, si bien Offutt encuentra un nexo de unión —un tanto forzado y que cae en el Deux Ex Machina—que cierra el círculo. La primera parte es, ante todo, una historia introspectiva donde Virgil sufre por mantener un equilibrio entre sus propios deseos y los de su familia y círculo más cercano. 

Mientras nos sumergimos poco a poco en su entorno, que se mueve en ese límite que el escritor domina tan bien como es el que separa lo rural de lo urbano, lo salvaje de lo —apenas— civilizado, Offutt nos adentra en las descripciones que le son tan habituales. Si bien es cierto que adolece aquí, en su primera novela, de una cierta falta de contención en las mismas de la que sí haría gala más adelante, en especial en sus colecciones de relatos, no por eso podemos escapar al magnetismo de las imágenes que crea, tan vívidas, que nos vemos trasladados a sus caminos, arroyos y postes de correos y los visualizamos sin problemas. 

En especial muestra una enorme habilidad con los personajes secundarios —algunos apenas llegan a la categoría de extras— que describe con precisión con dos o tres trazos rápidos. Son esos personajes del lado oscuro de la vida, como nos tiene acostumbrado: perdedores acomodados que ya ni siquiera sueñan con un futuro mejor sin que se pliegan a lo poco que se espera de ellos. Continuar las tradiciones es una obligación cuando intentar una nueva vida te puede condenar al ostracismo social. 

La otra cara de América 

Mientras que la primera parte es una historia de venganza más clásica, en la segunda Offutt despliega unos intereses bien distintos. Para empezar,  nos aleja de su Kentucky natal para llevarnos a Montana, donde Virgil busca un nuevo espacio en una comunidad que se revela como un grupo de exaltados que exacerban el uso privado de las armas e intentan vivir al margen de cualquier control gubernamental: desde carecer de permiso de conducir a negarse a pagar impuestos. 

Trasluce así la verdadera América, la que está dominada por el oscurantismo y las creencias también comunitarias pero, curiosamente, ensalzadas por un supuesto bien común. Estados Unidos no puede caer bajo el control de nadie, y eso implica a los propios americanos. Racismo y anarquía son términos que pasan por la cabeza del lector mientras Virgil trata de encontrar un espacio en el que encajar sin tanto dilema moral. 

El buen hermano encuentra así una cierta deriva pero augura algunas de las obras posteriores de Offutt —Noche cerrada sigue siendo sin duda mi favorita—. Es capaz, a pesar del peso descriptivo, de mantener un ritmo coherente, que engancha y nos hace disfrutar de esos cerros que nunca pisaremos, que tal vez ni siquiera existan, pero que huelen a lo que entendemos que es la utopía del auténtico espíritu estadounidense. 

el buen hermano, portada, chris offutt

  • Título: El buen hermano
  • Autor: Chris Offutt (traducción de Javier Lucini) 
  • Editorial: Sajalín (más información del libro aquí y puedes leer un fragmento aquí
  • 419 Páginas. 22,00 Euros (formato papel).

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