Resulta cuando menos inquietante ver escritas en papel palabras que no reconoces como tuyas. Allá por 2014, cuando este pequeño viaje que es Relatos en construcción no había cumplido ni un año de edad, escribí sobre el placer de hablar de un libro de alguien conocido. Se trataba de La agenda de Héctor, de Álex Oviedo.
Hoy, cinco años más tarde, evito con saña hablar de libros de gente muy cercana porque vivo en una ciudad pequeña —en una comunidad autónoma no muy extensa además— en la que todos nos conocemos y no me apetece demasiado convertir un proyecto que mantengo con ilusión en una bomba de relojería que me puede estallar en las manos a la vuelta de la esquina. Literalmente.
No significa esto que no los lea, porque lo hago. Lo hago con la emoción de ver a gente que llego a apreciar disfrutar de la experiencia de tener su nombre impreso en la tapa de un libro. Lo hago como lectora discreta, si es que eso existe, porque ser lector implica curiosear en las intimidades de otros que, de forma más o menos velada, ofrecen su personal mirada del mundo.

Ausentes del cielo: el terrorismo como trasfondo pero no como fondo
Ausentes del cielo es la última novela publicada de Álex Oviedo. Es imposible no ver mucho del autor reflejado en sus páginas, de igual modo que los espacios sin nombre que ocupan sus protagonistas no escapan del reconocimiento del lector que haya visitado el entorno.
La trama se divide entre dos personajes. De un lado está Andrés, un joven —no tan joven, joven según los estándares actuales que estiran la postadolescencia por obra y gracia de un entorno económico que no les permite crecer— que mata a un miembro de la izquierda abertzale en el transcurso de una manifestación.
Por otro lado está el inspector Vidal de la Unidad Antiterrorista de la Ertzaintza, que capea como puede las presiones políticas de sus superiores mientras trata de resolver el crimen y, al mismo tiempo, superar su reciente ruptura con su pareja.
Ausentes del cielo no es una novela sobre terrorismo aunque pueda parecerlo a tenor de las líneas anteriores. Es una narración que usa el violento entorno social de la banda terrorista como escenario teatral en el que se desarrolla su acción. Justo es mencionarlo para evitar las odiosas etiquetas que tildan muchas novelas basándose tan solo en la lectura de la sinopsis.
La soledad en sociedad
Muchos son los temas que abarca, todos ellos de forma íntima y personal, pero sobre todo podría decirse que Ausentes del cielo es una novela sobre la soledad mal entendida, la que quema y absorbe la energía, la que aísla del mundo a pesar de transcurrir en un espacio urbano poblado por miles de personas.
Andrés vive en una soledad que rompe con su relación periódica con una prostituta. La ve como algo más, de forma unilateral, confundiendo y confundiéndose. En un mundo que siente injusto, rodeado de anuncios de trabajo en periódicos y tazas de café, vuelca la rabia que le consume en una violencia ejercida sin un motivo aparente. Le mueve el interés de dejar de ser invisible, de conseguir esos quince minutos de fama. Esos que Warhol nunca pensó que abocarían a algo negativo, como un asesinato. Lo interesante es tal vez la lectura que le dan los demás, la forma en que nos apropiamos de las acciones ajenas pretendiendo saber las motivaciones de quien las ejecuta.
El inspector Vidal es un hombre que asediado por la rutina no ve con claridad qué es lo importante en su vida hasta que se produce ese momento tan cliché de «no sabemos lo que tenemos hasta que lo hemos perdido». Lo que en una narración de talante optimista serviría para forzar un cambio, en Ausentes del cielo, más apegada a una cierta amargura o insatisfacción vital, solo sirve para mirar hacia atrás con la nostalgia de quien sabe que ese momento es pasado sin posibilidad de retorno.
Cuando el pasado interfiere en el presente
Ambos personajes se mueven entre su mundo interior, de soledad —que tiene su reflejo en los apartamentos vacíos en que viven— y el mundo exterior donde se impone un cierto disimulo mal llevado.
Ausentes del cielo es una historia de amores perdidos, de insatisfacciones personales y de pasados de decisiones erróneas que abocan a futuros indefinidos y, tal vez por eso, temibles.
- Título: Ausentes del cielo
- Autor: Álex Oviedo
- Editorial: El Desvelo ediciones. (Podéis encontrar más información sobre el libro aquí)
- 176 páginas.19,00 Euros (formato papel).