Lo que él dijo de mí.
Puedes leer Cuestión de perspectiva (I) aquí
Transcripción de la conversación mantenida con S. E., 25 años, en el box número cinco, Urgencias, Hospital de Santa Ana, el 30 de Mayo entre las 18.05 y las 18.32. J. A.
Habiendo recibido una llamada desde el Servicio de Urgencias del Hospital de Santa Ana a las 17.37 horas del jueves 30 de mayo, el sargento L. H. y yo nos personamos en dichas instalaciones.
A nuestra llegada, el doctor I. L. nos recibe en su despacho y nos informa del ingreso a las 17.06 horas de un joven que responde a las siglas S. E. con diagnóstico de fractura leve cráneo-encefálica, numerosas quemaduras de tercer grado en brazos y piernas, provocadas presuntamente con un cigarrillo u otro objeto caliente de pequeño diámetro, y cortes poco profundos en el cuerpo ocasionados, en su opinión, por una navaja o pequeño cuchillo de filo no dentado. El paciente ha llegado por su propio pie a las instalaciones hospitalarias y se ha negado a justificar la causa de sus heridas, por lo que el doctor I. L., de acuerdo al protocolo AG-003-V.2. del hospital, ha procedido a ponerse en contacto con las autoridades policiales. En nuestra conversación, el doctor I. L. nos hace partícipes de sus sospechas sobre una agresión de carácter doméstico, ya que el paciente ha llegado con todos sus efectos personales, incluidos cartera y teléfono móvil.
Solicitamos ver al paciente que en ese momento se encuentra consciente, si bien le han sido suministrados varios tranquilizantes y calmantes para el dolor que dificultan en gran medida lograr respuestas coherentes por su parte. Sin embargo, de la conversación mantenida se extrae la siguiente secuencia de hechos: El paciente llegó a su domicilio desde su trabajo habitual en un taller mecánico de la C/ Amancio Guardadios número seis, aproximadamente a las 15.30 horas, reuniéndose allí con su pareja sentimental, C. A. Después de comer, mientras se levantaba de la mesa para dirigirse al salón, sintió un fuerte golpe en la cabeza. A partir de ese momento, el paciente no recuerda nada más, habiendo perdido con toda probabilidad la consciencia. En el momento de los hechos no había terceras personas en el domicilio, por lo que se deduce que ha sido su pareja sentimental quien le ha agredido, por motivos aún no aclarados. El paciente relata haberse despertado tras un periodo de tiempo no definido, sufriendo un fuerte dolor de cabeza y con heridas en brazos, pecho y piernas. Grita llamando a su pareja pero esta parece haber abandonado el domicilio. Confundido, coge sus objetos personales, se pone una chaqueta y abandona la casa a pie en dirección al Hospital de Santa Ana, que dista apenas cuatrocientos metros de distancia.
E. alega desconocer los motivos por los que C. A. ha actuado de esa forma. Afirma que llevan seis años de relación, los dos últimos viviendo juntos, sin ningún problema. Niega haber mantenido ningún tipo de discusión en el pasado reciente y asegura que la relación entre ambos es buena. Nos facilita su dirección así como la descripción de su pareja.
Entra en ese momento en la habitación el doctor I. L., quien recrimina al paciente que esté comiendo un chicle y nos invita a abandonar la estancia, confirmándonos que, una vez recibidos los resultados de todas las pruebas que se le han realizado, se procederá a trasladar al paciente a la U.C.I., donde permanecerá bajo vigilancia al menos durante las siguientes veinticuatro horas.
Solicitamos a la central que un agente custodie al paciente hasta que se le dé el alta y pueda ser trasladado a las dependencias policiales para tomarle declaración. Hasta su llegada, que se produce en poco más de veinte minutos, el sargento L. H. permanece apostado a la puerta de su habitación.
A la conclusión del presente informe se ha solicitado a la autoridad judicial de guardia la emisión de una orden de registro del domicilio del paciente, así como de busca y captura de su pareja sentimental, C. A. para proceder a su interrogatorio.