Cuatro. Años.
Hoy, siete de julio, mi pequeño gran proyecto personal cumple un año más, y ya son cuatro en total. Relatos en construcción –ReC para los amigos, aunque no lo prodigo mucho porque me recuerda a la película de Balagueró— es el proyecto en el que más tiempo he trabajado. No sé si es algo bueno o malo, pero desde luego es ilusionante. El blog ha ido creciendo poco a poco, evolucionando (a veces diría que tiene esencia propia y que es él el que tira de mí y no al revés) de forma orgánica y natural, sin trucos.
(Por cierto, lo del sorteo va al final. A lo mejor queréis ahorraros lo demás e ir ahí directamente)
Este cuarto año ha sido el de la crisis. Sí, la temida crisis bloguera que se supone que llega en el primer año, más o menos, me ha atacado con fiereza desde finales de 2016. Es ese momento en que te empiezas a preguntar cosas: ¿Para qué dedico tiempo a esto? ¿Merece la pena? ¿Qué saco con ello? ¿Lo estoy enfocando bien? ¿Debería escribir sobre otras temáticas? Si intento virar hacia un contenido más profesional, ¿me mandarán mis seguidores a la porra y me quedaré sola y abandonada? ¿Qué le aporto en realidad a los demás? Y lo más importante ¿Qué demonios hago yo aquí?
A esto se ha sumado una crisis profesional que me ha hundido un poco en el barro, para qué voy a negarlo. Estoy en pleno proceso de cambio de profesión a mis taytantos (venga, va, a mis treinta y cuatro, que tampoco soy tan mayor como para no decir mi edad), más perdida que cuando tenía diecisiete y me pusieron delante el papel ese en el que tenías que elegir la carrera universitaria, y dando palos de ciego. Aunque no todo ha sido malo: he trabajado en un par de librerías y ha sido una experiencia maravillosa, he descubierto que me gusta tratar con la gente mucho más de lo que creía —y que se me da bastante bien, además—, he conocido a clientes geniales (y no tan geniales, como estos) que me han llenado la vida de libros. Porque nunca hay suficientes libros, ya os lo aviso. También he seguido con trabajos esporádicos como escritora para empresas y autónomos y es algo que me llena muchísimo y me hace sentir muy útil.

La conclusión de todo lo malo ha sido que he bajado el ritmo muchísimo, apenas he mantenido el nivel de una entrada a la semana (en los primeros meses del año, ni siquiera eso) y las estadísticas se han derrumbado, cosa normal por otra parte. Pero he leído muchísimo, una barbaridad para mi media (es solo que tengo decenas de reseñas pendientes y parece que no).
Cuando empecé con Relatos en Construcción, lo tenía claro: quería un espacio en el que escribir para mantener cierta rutina. Porque las rutinas no son lo mío —por eso leo y escribo tanto sobre procrastinar y efectividad y esos temas tan en boga pero tan poco apasionantes en el fondo—. Pero poco a poco me he dado cuenta de que lo que más me interesa es ayudar a otros: recomendar libros que me parezcan estupendos, por muy subjetiva que sea mi opinión —y sí, por eso no suelo hablar de libros que no me gustan; y por otras causas, que tal vez algún día refleje aquí—, hablar de proyectos de terceros que necesitan se merecen que hablemos de ellos porque son ideas estupendas y hay mucho trabajo por detrás, algún que otro consejo sobre cómo me organizo…

Pero sé que estoy cerca de un momento de virar un poco el contenido, de reorganizarlo y, sobre todo, de planificarlo con más cuidado. Tengo algunas ideas en la cabeza y pretendo ponerlas en práctica en este próximo curso, poco a poco, sin prisa. Porque si algo ha sido este blog a lo largo de su breve historia, es un lugar de placer, en el que relajarme y sentirme a gusto.
Así que, para que esto no parezca un cuaderno de lamentaciones, sí quiero terminar dando las gracias a la gente que me ha preguntado si estaba bien, que se ha interesado por el estado del blog (¿ya no publicas? ¿ha pasado algo?) o que, incluso, me ha mencionado en un programa de radio, que aunque local, hace una ilusión terrible. Os pongo enlace para acabar por todo lo alto. ¡Gracias, Carlos!
Pero bueno, basta ya de cosas intrascendentes y volátiles. Vamos a lo que importa…
¡SORTEO POR EL CUMPLEBLOG!
Pues sí, para empezar este nuevo año por todo lo alto, he decidido hacer un sorteo. Espero que os animéis a participar.
¿Qué voy a sortear? Pues creo que es bastante evidente… ¡Un lote de libros! Aún no he decidido cuáles, pero serán tres libros que yo haya leído y que recomiende de verdad (nada de libros desechados que tenga por casa, eso está muy feo). Además, incluiré algún detalle adicional del que no quiero dar pistas. Pero vamos, que en conjunto será un paquete muy simpático y creo que os gustará mucho.

¿Qué tengo que hacer para conseguirlo?
Mirad con atención mi fotografía. ¿No veis nada raro? Bueno, además de que tengo el pelo de color rosa (¡y me encanta!). Pues sí, tengo un tatuaje nuevo en el hombro. Y es un tatuaje muy, muy especial, porque está inspirado en tres libros que, cuando los leí, me golpearon y me dejaron una impresión muy honda. Es obra del magnífico estudio Alice Tattoo, en Galdakao, donde David (diseño) y Alicia (tatuadora) han cumplido con creces —por segunda vez, además— dando forma a la imagen que tenía en mente. Os lo enseño más en detalle (la foto está hecha en el momento de terminar el tatuaje, por si lo veis un poco rojo):
Creo que podéis adivinar de qué va el sorteo: ¿Cuáles son los tres libros que han inspirado este tatuaje?
Sólo tenéis que enviarme un correo (relatosenconstruccion@gmail.com) o un mensaje privado a través de Facebook, Twitter o Instagram, donde me digáis los tres títulos.
Entre los que den con los libros correctos, haré un sorteo aleatorio para decidir quién recibirá el paquete sorpresa.
En Facebook ya han acertado dos de ellos, pero parece que el tercero se está resistiendo y va a ser el caballo de batalla del sorteo.
La fecha límite para participar será el 7 de agosto (os doy un mes para escribir un correo, no hay excusas)
Y con esto, me despido ya. La próxima semana seguiré con recomendaciones de libros y demás.
¿Habéis sufrido alguna crisis bloguera? ¿Cómo la superasteis? Si hay algún cambio que os gustaría ver en Relatos en construcción, decídmelo sin miedo, analizaré todas las sugerencias.
GuardarGuardar
GuardarGuardarGuardarGuardar