El autor en el nuevo mundo de la edición (I)

El pasado sábado 19 se celebró la segunda edición de la jornada «El autor en el nuevo mundo de la edición«, organizada por la Asociación de escritores de Euskadi (AEE/EIE) con el objetivo de obtener el máximo entendimiento y rendimiento de una realidad cambiante y aportar a los escritores un amplio análisis del mundo de la edición y de la autoedición. Ya el año pasado me hice eco de la primera edición, con un par de entradas (podéis leerlas aquí y aquí) de resumen de los comentarios más interesantes, y este año pretendo hacer lo mismo, si bien por circunstancias personales no puede asistir a dos de las ponencias. Aún así, lo dividiré también en dos entradas, para que no se haga tan pesado (y porque he apuntado bastantes ideas, la verdad).

Os dejo, en primer lugar, el programa de la jornada y un dossier de prensa con entrevistas a algunos de los participantes, facilitado por la organización.

Dónde estamos y hacia dónde va el sector editorial

Después de la apertura a cargo de Maria Eugenia Salaverri, presidenta de la AEE/EIE, se abrió el programa con esta charla inaugural a modo de diálogo entre Santos Palazzi, director de la división digital de Planeta, y Javier Celaya. fundador de DosDoce. Algunas de las ideas más interesantes de la charla fueron:

  • El editor es la figura que pone en contacto a quien quiere decir algo con quien quiere leerlo, y aporta valor de diversas formas: actúa como un filtro con experiencia, coherencia y «olfato»; sugiere mejoras al autor, le guía y le ayuda en el proceso de escritura y revisión posterior y apoya en las tareas de promoción, ayudando a que el libro llegue al lector.
  • Con respecto a la distribución, las librerías suponen aún un 50% de sus puntos de venta (los datos que comento en esta charla han sido suministrados por Santos Palazzi, quien en relación a esta cifra en concreto aclara que no incluye grandes superficies como El corte inglés y similares). Pero dado que hay menos librerías y también menos espacio disponible en ellas, ya no es posible llegar a todos los puntos de distribución. El showrooming sigue jugando un papel fundamental, en especial en el caso de best sellers y compra por impulso, pero las técnicas que hasta ahora estaban localizadas en el punto de venta ahora están virando hacia el mercado digital, a pesar de que sus ventas de ebooks son de un 4% frente a un 96% de libro físico.
  • Este giro se manifiesta en el refuerzo del equipo de marketing, porque ahora el gran reto es la visibilidad del autor y su obra. Se ha hecho imprescindible usar técnicas como la búsqueda de líderes de opinión en línea (bloggers, youtubers, páginas web con influencia…), hacerse cargo de la gestión de los perfiles en redes sociales delegados por los autores, buscar nuevas voces de la literatura a través de plataformas como Wattpad, Amazon… Planeta destina aproximadamente un 40% de su presupuesto en promoción al mundo digital.
  • Respecto a la búsqueda de nuevos escritores en la red, su experiencia es positiva y se encuentran con autores entusiasmados de ver sus obras publicadas en una editorial tradicional (esta opinión no es acorde con la de algunos escritores, como bien explicaba en base a su experiencia Mercedes Pinto el año pasado). El aval de los autores autopublicados viene dado por las valoraciones y los comentarios en las diferentes plataformas.
  • Se viene viendo un importante viraje hacia la lectura social, que está siendo asumida con gran tranquilidad por los lectores pero que aún no tiene un reflejo claro en las editoriales. Es un movimiento que se ve con gran claridad en especial entre los lectores adolescentes y de novela romántica. Es un fenómeno fan bien entendido donde la implicación del lector es tal que siente un impulso a participar en cualquier evento relacionado con sus autores u obras fetiche: clubes de lectura, app específicas, páginas a través de las redes sociales…).
  • Ante una pregunta de Javier Celaya, que lo ve como una consecuencia inevitable de la evolución del mercado, siguiendo modelos como los de las aerolíneas, Santos Palazzi comenta que Planeta no tiene intención, de momento, de llevar a cabo venta directa a través de su web y lo justifica en varios motivos: requiere una plataforma compleja desde el punto de vista tecnológico (sinceramente, esta excusa es muy pobre, las plataformas de venta on line están más que trilladas y las hay incluso gratuitas); puede llevar a cierta enemistad comercial con algunos clientes actuales, como sería el caso de El corte inglés (esta razón es más plausible, aunque también admite que estas grandes superficies están reduciendo cada vez más el espacio para libros, así que a medio plazo tampoco la veo viable); La oferta que pueden presentar es limitada, de unos mil trescientos libros editados por su grupo al año frente a los casi setenta mil publicados (otra razón con no suficiente peso si consideran ofrecer precios más ajustados al ahorrarse el distribuidor, que es precisamente la estrategia seguida por compañías como Iberia o Lufthansa); y por último, Paneta es propietaria de La casa del libro, que ya lleva a cabo esta labor. A este respecto, Javier Celaya le recuerda que una plataforma propia tiene otras ventajas importantes, como es la recopilación de datos, que ahora les está vedado desde las grandes plataformas como Amazon, muy opacas respecto a las cifras de lectura de sus obras.
  • Plataformas de prescripción de libros: comenta Palazzi que a diferencia de otros escenarios como Francia y Estados Unidos, donde han triunfado grandes plataformas tecnológicas de lectores como Babelio o Goodreads, en nuestro mercado las opciones están más dispersas (menciona casos como Lecturalia o Quelibroleo) y las editoriales no han sabido encontrar la forma de apoyar a estas plataformas y hacerlas crecer.
  • Un tema clave para los nuevos escritores es que las puertas a las grandes editoriales se están cerrando, un fenómeno que se ve acrecentado por la progresiva compra y concentración de los principales grupos. Desde el punto de vista editorial, este crecimiento es necesario, sobre todo para poder optar a las subastas de los grandes best sellers, ya que intentan pujar por, al menos, uno cada semestre, y éstos se venden en un entorno mundial. En relación a los best sellers, sí comenta que las ventas están cayendo y no se puede aspirar a las cifras de hace unos años. En 2014 John Green vendió unos 212.000 ejemplares y tan sólo unos 7 u 8 libros logran cifras por encima de los 100.000 (caso aparte fue en 2013 el fenómeno de Cincuenta sombras de Grey, con más de un millón de ejemplares entre los volúmenes de la trilogía). En opinión de Palazzi, la única vía de entradas de un nuevo escritor en una gran editorial es a través de un agente literario.
  • Nuevas vías para difundir contenido. En la era del storytelling, se hace obligatorio buscar otras vías para difundir los contenidos para lograr que lleguen a otros públicos a través de otros soportes. Hay que contemplar opciones como las series de televisión (Planeta es afín al grupo A3Media y un claro caso de éxito fue El tiempo entre costuras, la serie, que relanzó las ventas del libro), webseries, videojuegos o, en el caso de los libros de management cuyas ventas han caído en picado, otras opciones como las sesiones de formación on line o los MOOCS, como sería el caso de Planeta hipermedia).
  • En lo tocante a la supervivencia de las editoriales independientes, Palazzi lo ve factible: en la medida en que sean coherentes en su oferta editorial y se aferren a su condición de boutique editorial, van a seguir contando con el apoyo de lectores y de libreros entusiastas con sus propuestas.
  • También se vislumbra ya la figura del editor sin editorial (al hilo de eso os recomiendo este artículo de Bernat Ruíz-Domenech), en la que editor basaría su negocio en la oferta de servicios editoriales (revisión, maquetación, corrección, etc.). En el caso de Planeta no lo ve viable en este momento, ya que, aunque disponen de esos servicios, están dedicados en exclusiva a sus propios sellos y necesitarían ampliar enormemente la capacidad para llegar a autores autopublicados.
  • En relación a la piratería, como se ha comentado con anterioridad, afecta principalmente a los grandes best sellers, si bien se está viendo una disminución en sus cifras, debido sobre todo a una oferta a través de más opciones: hay más catálogos, más plataformas y en general ofrecen una experiencia más amigable para el lector.
  • Por último, en lo tocante a las bibliotecas, se considera que su papel sigue siendo fundamental, entre otras razones, porque permite al lector entrar en contacto con nuevos autores sin tener que «jugársela», es decir, sin invertir dinero, lo que abre las puertas a escritores noveles. En esta línea, queda mucho que hacer en relación a los clubes de lectura, ya sea cediendo libros por parte de la editorial, facilitando encuentros con los autores…

Como podéis ver, se trataron una multitud de temas en apenas cuarenta minutos. Por mi parte destacaría algunos aspectos que contrastan con lo que se dijo el año pasado: por un lado, que se observa una recesión en la influencia de la piratería en la caída de las ventas (el año pasado el presidente del gremio de editores se aferró a este tema frente a la oposición del resto de contertulios); y por otro que se admite que los índices de lectura no han caído. Es más, son más altos que nunca, pero a través de otro tipo de contenidos que no tienen por qué ser libros (blogs, redes sociales, etc.)

La semana que viene comentaré lo más importante del diálogo y taller del turno de tarde.

¿Qué os parece el resumen? ¿Hay algún punto con el que no estéis de acuerdo? Como siempre, tenéis los comentarios abiertos para decir lo que queráis. 

Piérdete en el archivo

2 comentarios en “El autor en el nuevo mundo de la edición (I)”

  1. Interesante como siempre lo que nos cuentas. Yo como resumen veo que las cosas están cambiando y lo están haciendo tan deprisa que muchas de las estructuras relacionadas con el mundo editorial no están siendo capaces de dar una respuesta rápida y eficaz.

    1. Gracias por el comentario José Luis. Como comentas, creo que en algunos aspectos es culpa de las estructuras mastodónticas de algunas editoriales, que hacen muy complicado que puedan adaptarse con agilidad a las nuevas tecnologías. A este respecto, creo que las más pequeñas son las que están haciendo un mejor trabajo en redes (que, por otro lado, es su única opción porque la inversión en vías off line de promoción es mucho mayor). Pero al menos ya no he escuchado, en las ponencias a las que pude asistir, mensajes tan enrocados en la edad media, como que todo es culpa de la piratería, o que no vamos a invertir nada en ebooks porque no tiene futuro. Me quedo con ese mensaje más optimista.
      Te espero la próxima semana con la segunda parte 😉

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