A veces pienso que voy un poco retrasada en mis deberes. Me explico: hoy voy a hablar de algo que se publicó, ni más ni menos, que hace catorce años. Aún así creo que merece la pena hablar de ello. Creo que os merece la pena a vosotros leerlo y a mí escribirlo, para que podamos reflexionar sobre How to be Creative, el manifiesto creativo de Hugh MacLeod.
Hugh MacLeod es un profesional del marketing y copywriter (escritor publicitario) que, cierto día, comenzó a dibujar en la parte de atrás de las tarjetas de visita que iba acumulando en su trabajo en agencias publicitarias. En su web Gapingvoid habla de creatividad, de motivación y de innovación además de haber publicado varios libros sobre esos temas.
Un poco por casualidad me encontré con el texto How to be creative (Cómo ser creativo), publicado en ChangeThis.org, una plataforma para la difusión de ideas, conocimiento, educación, puntos de vista… a través de pequeños documentos o «manifiestos». El documento tiene una licencia CC atribución-sin obras derivadas -sin uso comercial, por lo que os lo podéis descargar de forma libre y legal aquí:
Es un documento de cincuenta páginas pero, si domináis someramente el inglés, merece muchísimo la pena. Aún así no me resisto a hacer un breve resumen de los puntos que menciona MacLeod, no sin insistir e insistir en que leáis el documento original (en especial por si yo hubiera metido la pata en algún caso con la traducción, en cuyo caso os agradecería que me lo comentarais para corregirlo).
Así que aquí van los veintiséis puntos que deberíais revisar si queréis ser creativos:
1.- Ignora a todo el mundo
Cuanto más original sea tu idea, menos factible será que los demás puedan darte su opinión o consejo sobre ella. En el momento de dar a luz una idea no podéis saber si es buena o no. Ni tampoco lo sabrá nadie más. Además, en realidad los demás no quieren que tengas una gran idea, una de esas que cambian el mundo, porque les harás sentirse incómodos, tendrán que replantearse su relación contigo y con su propia situación. Las buenas ideas alteran el equilibrio de poder en las relaciones.
2.- La idea no tiene que ser grande. Sólo tiene que cambiar el mundo.
En muchas ocasiones nos obsesionamos de forma desesperada con salir de la mediocridad, Nos dejamos deslumbrar por esa gente a la que en realidad no conocemos pero que admiramos porque han hecho algo grande. Pero es tan liberador hacer algo que no tenga que impresionar a nadie más, que nos pertenezca solo a nosotros, sentir completa libertad en el ejercicio de la creatividad. Es en ese momento cuando los demás comenzarán a prestarnos atención. Tu idea no tiene que ser grande: tiene que ser tuya. Cuanto más tuya sea, más libertad tendrás para crear algo increíble, y cuanto más increíble sea más gente conectará con tu idea.
3.- Mete horas
Hacer algo que merezca la pena lleva toda una vida. El 90% de lo que separa a la gente que tiene éxito de la que fracasa es el tiempo, el esfuerzo y la resistencia. Si alguien quiere copiar tu idea, dale vía libre. A diferencia de ti, no lo estará haciendo para ser feliz, sino por alguna razón «mercenaria». Así que dedicará años a algo que no le dará ninguna satisfacción personal y cada vez le resultará más doloroso.
Si hay alguien cerca en tu trabajo que tiene más éxito que tú, es probable que se deba a que trabaja más duro. Sí, puede que tenga más talento natural o que esté más adaptado a las nuevas tecnologías, pero con el paso del tiempo esas ventajas se pierden y dejan de ser relevantes.
4.- Si tu plan maestro es que un gran tipo te descubra de repente, es probable que fracases.
El trabajo creativo lleva tiempo y sufrimiento. Nadie te va a descubrir de repente.
5.- Eres responsable de tu trabajo
Nadie te puede decir si lo que estás haciendo es bueno, tiene sentido o merece la pena. Cuanto más ambiciosa sea la meta que te propongas, más solo estarás en el camino. Todos estamos buscando esa gran idea que te catapulte al éxito. Pero la pregunta cuando te topas con ella es: ¿Es esta la gran idea? No hay forma de saberlo. No hay un momento triunfal, una experiencia mística. Lo más que vas a notar es esa vocecita quejica de tu interior que te dirá que es estúpida, que es una pérdida de tipo. Pero aún así la llevarás a cabo.
6.- Todo el mundo es creativo: a todos nos dieron pinturas en la guardería
Y de repente, en la adolescencia, nos las quitaron y pusieron libros de álgebra en nuestras manos. Un día, de repente, te golpea el bicho de la creatividad con su voz minúscula que te susurra: «quiero mis pinturas». Así que sientes ese picor, esa desazón por crear algo. No sabes de dónde viene, no lo has invitado a tu vida. Hasta ahora eras feliz con tu vida de persona normal con un trabajo normal. Hasta ahora.
No sabes si eres creativo o no, pero tal vez podrías serlo. Y eso es aterrador. Porque por encima de esa pequeña voz que habla de pinturas, está la voz adulta que trata de acallarla. La voz minúscula no quiere venderte nada. Quiere que hagas algo, que crees algo. Así que hazlo. Haz algo especial, honesto y verdadero que no se tenga que ajustar a ningún mercado hipotético.
7.- Conserva tu trabajo.
No por lo que dice todo el mundo, porque vayas a fracasar. Hazlo por la teoría del Sexo y el dinero (The Sex & Cash Theory). Una persona creativa tiene dos tipos de trabajos: uno es el sexy, el creativo, y el otro es ese tipo de trabajo que te paga las facturas. A veces coinciden, pero no es habitual. El equilibro entre ambos nos permite mantener un buen nivel de vida manteniendo tu soberanía creativa. Tan pronto como aceptes esto, tu carrera comenzará a despegar.
8.- Las compañías que ignoran la creatividad no pueden competir con las que la impulsan.
Desde mediados del siglo XX hemos visto empresas que sacrificaban la creatividad de sus empleados en favor de lo que les hacía obtener mejores resultados: el trabajo en equipo. Pero quienes juegan en equipo no suelen ser muy buenos creando valor por si mismos, no son autónomos. Crear una entidad viable sin pensamientos originales por detrás es crear un ambiente lleno de parásitos a quienes alimentar.
Si eres creativo, si puedes pensar de forma independiente, si puedes dar rienda suelta a tu pasión y superar el miedo de estar equivocado, tu empresa te necesita más que nunca.
9.- Todo el mundo tiene su propio monte Everest que escalar.
Se te perdonará que nunca llegues a coronar la cima. Pero si no haces al menos un intento serio por conseguirlo, todo lo que sentirás en tu lecho de muerte será un vacío. Ese monte Everest metafórico no tiene por qué ser arte: puede ser formar una familia, poseer un negocio propio, ganar un millón de euros…
10- Cuanto más talento tiene alguien, menos medios necesita
No hay correlación entre la creatividad y las herramientas de que dispongas. En realidad, cuanto más éxito consigue un artista, el número de herramientas que emplea es menor. No te escudes en que necesitas un ordenador mejor, un espacio de trabajo más grande o la última cámara digital del mercado. Son columnas que se interponen en tu camino y que, cuanto más poder les das, más te minan psicológicamente. La gente de éxito, artistas o no, son muy buenos librándose de estas columnas, haciendo su trabajo sin ellas.
11.- No intentes sobresalir en la multitud; evítala por completo.
Tu plan para mostrar tu trabajo ahí fuera tiene que ser tan original como tu propio trabajo, o incluso más. ¿No hay nadie más que planee hacer lo que tú? Yo estaría entusiasmado. Un pco asustado, tal vez, pero entusiasmado.
12- Si aceptas el dolor, no puede herirte.
El dolor de hacer los sacrificios necesarios siempre duele más de lo que piensas. Apesta. Pero piensa que, incluso si no lo consigues, por el camino aprenderás un montón de cosas valiosas, únicas, mágicas. La verdad, es mejor que hagas algo asumiendo que NO vas a ser recompensado por ello, que NO recibirás el mérito que mereces, que NO valdrá la pena el esfuerzo y la dedicación que has invertido. La ventaja de este enfoque es, claro está, que cuando salga algo bueno de todo ello, será un bonus. La segunda ventaja es que, una vez dejas de lado toda mejora social o económica que puede acarrear tu trabajo creativo, la única pregunta que te queda por hacer es: ¿Creo esta maldita cosa o no?
13.- No compares tu interior con el exterior de los demás.
Cuanto más practiques tu arte, menos vas a confundir las recompensas espirituales con las económicas. Incluso si el camino que has escogido nunca te da dinero o ayuda a impulsar tu carrera, habrá valido la pena. Hacer algo creativo en serio es una de las más increíbles experiencias que puedes tener.
14.- Morir joven está sobrevalorado.
Hay gente que aún cree que el camino es ir a toda prisa, meterse en las drogas, correr. Una solución que, como sabemos, nunca acaba bien. Cuanto más inteligente y talentoso es un artista, menos probable es que escoja este camino. Sí, puede que haya tonteado con ello alguna vez cuando era joven, pero pronto abandonará este camino. Un niño piensa que es todo cuestión de talento, de potencial. Subestima el tiempo, disciplina y resistencia y el papel que juegan en el éxito. Así que nos encontramos gente que tiran su vida a la basura buscando un atajo.
15.- Lo más importante que puede aprender una persona creativa en el campo profesional es dónde dibujar la línea que separa qué estás dispuesto a hacer de lo que no.
Cuanto más necesites el dinero, más te presionará la gente para que hagas lo que quieren, menos control tendrás, más mierda tragarás, menos feliz serás. Actúa en consecuencia. Tienes que definir esa línea roja que marca los límites de tu soberanía creativa. Sobre qué estás dispuesto a ceder el control y sobre qué no. Qué precio estás dispuesto a pagar por ello. Cada persona es diferente y tiene su propia línea roja. Cuando vemos a alguien «sufrir por arte», es probable que no haya puesto una la línea en el lugar correcto.
16.- EL mundo cambia.
Tu trabajo es posible que no valga ni la mitad de lo que valía hace diez años. ¿Quién sabe? Puede que dentro de otros diez ya no exista. Nuestra primera reacción es trabajar más duro, dedicar más tiempo, dominar la tecnología. Pero no funciona. Lo único que las nuevas realidades no pueden quitarte es la confianza. Deja de preocuparte por la tecnología. Preocúpate por quienes confían en ti. Tienes que ser creativo, ver el mundo que te rodea de forma más fértil y original. Deja de estar con esa gente que juega sobre seguro: su modelo de estabilidad no ofrece mucha estabilidad; están en extinción. Rodéate en cambio de gente visionaria, friquis, creativos. Piensa en cuáles son sus necesidades y actúa en consecuencia.
17.- El mérito se puede comprar. La pasión no.
La única persona que puede cambiar el mundo es quien quiere hacerlo. Y no todo el mundo quiere. Parte de entender la necesidad creativa es entender que es una necesidad primaria.
18.- Evita al grupo de la máquina de café.
Son gente que siempre se queja, que han sido exprimidos por sus jefes hasta que resulta muy barato despedirlos, que pasan demasiado tiempo junto a la máquina de café y suelen volver borrachos de la comida.
19.- Encuentra tu propia voz
Picasso hacía un uso terrible del color. T.S. Elliot tenía un trabajo a jornada completa. Bob Dylan no sabía cantar ni tocar la guitarra. Pero eso no los detuvo, ¿verdad? Así que la pregunta debería ser: ¿Por qué no?
20.- La elección del soporte es irrelevante.
La gran fortaleza de cualquier soporte es al mismo tiempo su mayor debilidad. Una pintura solo se cuelga en una pared; las películas combinan sonido, movimiento, fotografía, música, actuación; la prosa se limita a disponer palabras de forma linear para llegar a un punto. Eso es lo mejor y lo peor que tienen. Mirando atrás, vemos a mucha gente que se casó con el soporte elegido por las razones equivocadas. Porque estaba de moda, y no porque tuvieran algo grande o único que expresar. Me divido en dos posturas: una parte de mi piensa que es bueno para los niños tontear con ambiciones inalcanzables, y tal vez alguno de ellos sobreviva y lo consiga. Pero otra parte quiere hablar con ellos y advertirles de que pueden estar equivocados.
21.- Vender es más difícil de lo que parece.
Con diluir tu producto para lograr que sea «más comercial» solo conseguirás que a la gente le guste menos. No puedes rebajar el tono de tu productos hasta que lo hayas vendido.
22.- A nadie le importa. Hazlo por ti mismo.
Todo el mundo está demasiado ocupado con sus vidas para que les importe una mierda uta libro, tu guión, tu pintura… sobre todo si aún no lo has vendido.
23.- Preocuparse por «comercial frente a artístico» es una pérdida de tiempo.
Puedes discutir lo que quieras sobre «el lamentable estado de la literatura actual». Había quejas sobre ello en 1950 y las seguirá habiendo en 2050. Pero a un montón de gente le va bien sumergirse en estas discusiones porque les evita introducirse en terrenos desconocidos. Es seguro. Te permite tener emociones y opiniones sin asumir ningún riesgo. Así no tienes que hacer ningún esfuerzo por producir y vender algo en lo que crees.
24.- No te preocupes por encontrar la inspiración. Ya vendrá.
La inspiración precede la necesidad de crear, y no al revés. Si organizas tu vida de forma que hay grandes obstáculos entre el momento en que sientes la necesidad de crear y el momento en que te pones a trabajar, te pondrás obstáculos en el camino. Tienes que encontrar una forma en que trabajar sea increíblemente fácil para aprovecharte de tu momento de inspiración. Nunca llegan en la hora más conveniente ni duran demasiado.
Además, nunca deberías preocuparte demasiado por el bloqueo del escritor, el bloqueo del artista o lo que sea. Si no se te ocurre nada, vete a hacer otra cosa. El bloqueo del escritor no es más que un síntoma de sentir que no tienes nada que decir combinado con la extraña convicción de que deberías sentir la necesidad de decir algo.
Si tienes algo que decir, dilo. Si no, disfruta del silencio mientras dure. La inspiración volverá pronto.
25.- Tienes que encontrar tu propio truco.
Todo artista, sea un profesional o no, busca su momento «¡ah-ha!». Ese momento en el que encuentra su voz, de una vez para siempre. A veces influye la suerte. Pero no es el formato el que hace grande al arte. El el hecho de que alguien, mientras investiga y prueba cosas diferentes, de repente encuentra la forma de volcarse en ello. Eso es a lo que el público responde. A la humanidad tras el arte, no a la forma. A la voz, no a la forma.
26.- Escribe desde el corazón.
La intimidad, la conexión, es algo que solo se puede lograr uno-a-uno. Ya estés intentado conectar con una persona, con cinco o con un millón, solo hay una forma de lograrlo: escribir desde el corazón.

Como he comentado, este es un resumen muy, muy resumido (aún así, el artículo ha quedado largo). Muchos de estos puntos bien merecen un desarrollo posterior. En todo caso, y me repito, echadle un vistazo al artículo original. No os vais a arrepentir.
¿Conocíais ya este manifiesto? ¿Estáis de acuerdo con su contenido? ¿Hay algún punto que os escame? Podéis comentar lo que queráis.
2 comentarios en “Las 26 ideas de Hugh MacLeod para ser creativo”
No, no conocía el manifiesto, pero gracias por dármelo a conocer. No estoy de acuerdo totalmente con todos los puntos, pero sí (y mucho) con casi la mayoría. Me bajaré el documento. ¡Thanks! 🙂
Te recomiendo que lo leas completo, Ana, porque algunos puntos, al haberlos resumido tanto, quedan muy escuetos y tal vez no he presentado bien la idea 😉
Sí es cierto que alguno es un poco polémico, pero MacLeod luego lo traslada a ejemplos
¡Gracias por pasarte por aquí y por compartirlo!